Andad, filósofos, enseñad, ilustrad, iluminad, pensad alto, hablad alto, corred alegres hacia el vivo sol, fraternizad con las plazas públicas, anunciad las buenas nuevas, prodigad los alfabetos, proclamad los derechos, cantad las Marsellesas, sembrad el entusiasmo, arrancad verdes ramas de la encina, haced de la idea un torbellino. La multitud puede llegar a ser sublime, sepamos utilizar esa vasta hoguera de principios y de virtudes que chisporrotea, estalla y se conmueve a ciertas horas. Esos pies descalzos, esos brazos desnudos, esos harapos, esa ignorancia, esa abyección, esas tinieblas, pueden emplearse en conquistar lo ideal, mirad a través del pueblo y descubriréis la verdad. Esa vil arena que oprimís bajo los pies, echadla en el horno, se fundirá, cocerá, se hará brillante cristal; y gracias a él, Galileo y Newton descubrirán las estrellas.
Victor Hugo
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