lunes, 18 de junio de 2007
Ese viejo sentimiento...
No he conseguido nada, ni siquiera ser un malvado; no he conseguido ser guapo, ni perverso; ni uncanalla, ni un héroe..., ni siquiera un mísero insecto. Y ahora termino mi existencia en mi rincón, donde trato lamentablemente de consolarme (aunque sin éxito) diciéndome que un hombre inteligente no consigue nunca llegar a ser nada y que sólo el imbécil triunfa. Sí, señores, el hombre del siglo XIX tiene el deber deestar esencialmente despojado de carácter; está moralmente obligado a ello. El hombre de carácter, elhombre de acción, es un ser de espíritu mediocre. Tal es el convencimiento que he adquirido en miscuarenta años de existencia.
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