domingo, 25 de febrero de 2007

no se (publicado por so)

Al crecimiento solo conduce la espontaneidad. Lo mejor de la vida no es posible lograrlo por la fuerza. Puede obligársenos a comer, pero no a sentir apetito:incluso a hacer los gestos del amor pero no a amar. Es lo que aquí contemplo: los cambios se verifican en el sosiego, el abandono, la falta de codicia y de ansiedad y de rivalidades, de privacion de pecitos y fracasos, de nededades y egolatrías, la ausendia de temor, del temor que protagoniza el espíritu de hoy. Temor de no conseguir la felicidad o de perderla; temor a los mas proximos, al incumplimiento de las palabras, a la insatisfaccion, a la pequeñez propia.
(...)
Hemos crecido en casi todo: en la duracion de la vida, en la velocidad, en los medios de comunicaicon, en el binestar, aunque no todos los pueblos, ni muchísimo menos en la misma medida. Pero ¿a costa de que esfuerzo, a costa de que renunciaciones?¿No estaremos perdiendo, no haremos perdido, la sencillez de la palo ma que vuel y va y retorna , y de a rosa inmovil?¿Acaso puede perfeccionarse la naturaleza si se va en contra de ella?¿No estara avanzando el ser humano en contra de si mismo? Porque de esta tacita jerarqui a la que asisto tambien él forma parte, vive en ella. ¿Pone la competencia de manifiesto lo mejor de nosotros, o pone de manifiesto lo peor, pues nos lleva a odiar? Un odio intimo y suicida, en cuanto que nos deja a expensas de los ompetidores, olvidando nuestras autenticas necesidades y nuestros estrictos límites; un odio a los demas, en cuanro que nos es imprescindible tiunfar a costa suya. Ningún progreso logrará el ser humano si el ser humano mismo no progresa. Ningun progreso sera bueno si no esta inmerso en él el corazon.