A veces cuando se lee, se deja de leer. Con los ojos puestos en el papel, el papel se acaba. Por eso admiro estos textos, y por eso los comparto. Nada más, lo que desfile detrás de los ojos no puedo escribirlo, ni expresarlo. Pero de lo inerte, surge el movimiento, y de los dedos quietos, la inspiración.
Sigo esperando...
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