martes, 9 de octubre de 2007
Este soy yo
Este soy yo, un pequeño animal llamado hombre, un ápice de materia vital, setenta y cinco kilos de carne, sangre, nervios, tendones, huesos y cerebro, todo ello blando y tierno, susceptible al dolor, falible y frágil... Hundo la cabeza cinco minutos en el agua y me ahogo, caigo de una altura de seis metros y me aplasto. Soy una criatura a merced de la temperatura. El termómetro desciende unos cuantos grados y mis dedos y mis orejas se ennegrecen y se caen... Soy débil, frágil, una brizna de vida latente y gelatinosa, eso es lo que soy. A mi alrededor se alzan las grandes fuerzas de la naturaleza, amenazas colosales, titanes de la destrucción, monstruos carentes de sentimientos. No sienten el menor interés por mi. No me conocen. Son inconscientes, despiadados e inmorales. Ciclones y tornados, rayos y tormentas, mareas y resacas, corrientes y torbellinos, huracanes y tifones, terremotos y volcanes, olas gigantescas que saltan sobre los navíos más altos reduciendo a pulpa a los seres humanos... Son monstruos insensatos que ignoran a esta criatura toda nervio y debilidad que los hombres conocen por Jack London y que se tiene por una persona decente y por un ser superior.
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