martes, 11 de septiembre de 2007

La desgracia de los pobres

…“Ya que me lo pregunta con tanta fineza, le digo, mozo, que cuando viene la desgracia no viene sola. Empieza y no hay quien la pare, crece como cosa barata, de consumo general. La alegría, en cambio, no prende, es planta exótica, de cría difícil, de poca sombra, de duración breve, no se da bien ni con el sol ni con la lluvia ni con el viento, exige cuidados cotidianos y tierra bien abonada, ni seca ni húmeda, es un cultivo caro, de gente rica, con mucho dinero. La alegría se conserva en champaña; la cachaça sólo acompaña las desgracias, si es que las acompaña. La desgracia es planta resistente, se mantiene sin requerir cuidados, crece sola, se vuelve frondosa, se la encuentra en todos los caminos. En donde andan los pobres, compadre, la desgracia se da en abundancia, no se ve otra planta. Si usted tiene el cuero curtido y la espalda endurecida, con callos por dentro y por fuera, no gana nada con pelear contra los fantasmas, pierde el tiempo. Y le digo más, compañero, y no es por alabarme sino porque es la pura verdad: los pobres tienen fuerza para cargar con tantas desgracias y seguir viviendo…”

Jorge Amado
Teresa Batista cansada de guerra

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