martes, 25 de septiembre de 2007

Qué puta!

“…El que no lo sabe que quede sabiendo de una vez por todas que las putas no tienen ningún derecho, están para darle el gusto a los hombres, recibir la paga establecida y se terminó. Fuera de eso, golpes. De la celestina, del gigoló, del tira, del soldado, del delincuente y de las autoridades. Renegada del vicio y de la virtud. Por cualquier tontería va a dar con las costillas a la cárcel, el que quiera puede escupirle en la cara. Impunemente.

El señor, paladín de las causas populares, de nombre elogiado en los diarios, dígame, por gentileza, si alguna vez en la vida se dignó pensar en las putas, excepto, es claro, en las inconfesables ocasiones en que las necesitó para revolcarse en la cama, pues hasta los incorruptibles necesitan satisfacer la carne, están sujetos como todos al instinto. Lecho infame, carne vil, bajos instintos en opinión del mundo entero…

Cuando una puta se desviste y se echa para recibir a un hombre y darle el supremo placer de la vida a cambio de una escasa paga, ¿sabe, ilustre combatiente de la justicia social, cuántos están comiendo de esa escasa paga? El propietario de la casa, el sublocador, la celestina, el comisario, el gigoló, el tira, el gobierno. La puta no tiene quién la defienda, nadie se levanta por ella, los diarios no dedican ni una columna a describir la miseria de los prostíbulos, es asunto prohibido. La puta solo es noticia en las páginas de los crímenes, ladrona, drogada, mariposa del vicio, presa y procesada, acusada de todos los males del mundo, responsable de la perdición de los hombres. ¿Quién tiene la culpa de todo lo malo que pasa en el mundo? Las putas, sí, señor.

¿El indomable abogado de los oprimidos tomó acaso conocimiento de la existencia de millones de mujeres que no pertenecen a ninguna clase, repudiadas por todas las clases, puestas al margen de la lucha y de la vida, marcadas a hierro y a fuego? Sin carta de reivindicaciones, sin organización, sin carrera profesional, sin sindicato, sin programa, sin manifiesto, sin bandera, sin horario, podridas de enfermedades, sin médicos en sanatorios ni camas en hospitales, con hambre y con sed, sin derecho a pensión, a fiestas, sin derecho a tener hijos, sin derecho a tener hogar, sin derecho a tener amor, sólo putas. ¿Lo sabe? Si no lo sabe sépalo de una vez por todas.

Las putas, en fin, son un problema policial. ¿Pero se imaginó, caritativo padre de los pobres si un día las putas del mundo unidas decretasen una huelga general, cerrasen la flor y se negasen a trabajar? Es como pensar en el caos, el día del juicio final, el fin de los tiempos…”

miércoles, 19 de septiembre de 2007

La plaga

“Si no fuera la viruela, el tifus, la malaria, el analfabetismo, la lepra, el mal de Chagas, y otras tantas meritorias plagas sueltas por los campos, ¿cómo mantener y ampliar los límites de las fazendas del tamaño de países, cómo cultivar el miedo, imponer el respeto y explotar al pueblo debidamente? Sin la disentería, el crup, el tétano, el hambre propiamente dicha, ¿se imagina el montón de chicos creciendo, volviéndose adultos, conchabados, trabajadores, arrendatarios, inmensos batallones de cangaceiros, no esas bandas que se están terminando por los caminos al son de las bocinas de los camiones, se los imagina tomando las tierras y dividiéndolas? Las pestes son necesarias y beneméritas, sin ellas ¿cómo mantener la sociedad constituida y contener al pueblo, que es la peor de todas las plagas? Imagínese, compañero, esa gente con buena salud, y sabiendo leer, ¡es un peligro que da miedo!"

Jorge Amado

lunes, 17 de septiembre de 2007

Divina vida. Imaginacion que matiza la realidad de la existencia. Castillos en el aire. Recuerdos de tiempos felices. Ilusiones del mañana.
Exaltacion del momento que pasa, y hace subsistir una existencia, lo que solo fue un instante.
No esperar fortuna y amor, levantar castillos. Imaginar es el principio de toda realidad.
Tal vez un día, descenderéis desde esa cumbre a que os lleve laimaginación, para estrechar a la que sólo vivió en vuestros castillos.
Mas... si la mamada no llega, si la delicidad os huye, nada podrá impediros soñar, soñar siempre, y levantar castillos en el aire.
 
Max Jimenez, rescatado por anna
La sociedad burguesa obedece a un sacrificio original realizado por todas las despotías de la historia, considerando a todas las sociedades no burguesas como despotías. Se trata de un sacrificio original, no realizado por la sociedad burguesa, sino  por las sociedades en contra de las cuales aquella lucha y a las cuales considera despotías... La sociedad burguesa se ofrece como la sociedad que potencialmente, por medio del mercado, es una sociedad sin sacrificios... En cuanto haya amenaza de vuelta de la despotía, sólo que en forma de un poder despótico que lucha de manera despótica en contra de la despotía. Después de su victoria definitiva, no habrá ninguna despotía... El occidente realizó sacrificios, sigue realizándolos y tiene que proseguir, para que los sacrificios pasados mantengan su sentido. Esto lleva a una expansión frenética del mercado como una esfera pretendida de la humanidad.
 
Hinkelammert

martes, 11 de septiembre de 2007

La desgracia de los pobres

…“Ya que me lo pregunta con tanta fineza, le digo, mozo, que cuando viene la desgracia no viene sola. Empieza y no hay quien la pare, crece como cosa barata, de consumo general. La alegría, en cambio, no prende, es planta exótica, de cría difícil, de poca sombra, de duración breve, no se da bien ni con el sol ni con la lluvia ni con el viento, exige cuidados cotidianos y tierra bien abonada, ni seca ni húmeda, es un cultivo caro, de gente rica, con mucho dinero. La alegría se conserva en champaña; la cachaça sólo acompaña las desgracias, si es que las acompaña. La desgracia es planta resistente, se mantiene sin requerir cuidados, crece sola, se vuelve frondosa, se la encuentra en todos los caminos. En donde andan los pobres, compadre, la desgracia se da en abundancia, no se ve otra planta. Si usted tiene el cuero curtido y la espalda endurecida, con callos por dentro y por fuera, no gana nada con pelear contra los fantasmas, pierde el tiempo. Y le digo más, compañero, y no es por alabarme sino porque es la pura verdad: los pobres tienen fuerza para cargar con tantas desgracias y seguir viviendo…”

Jorge Amado
Teresa Batista cansada de guerra

domingo, 9 de septiembre de 2007

Habla la muerte

En Bagdad había un mercader que mandó a su sirviente al mercado a comprar provisiones, y al poco rato el sirviente regresó, blanco y tembloroso y dijo: "Amo, cuando estaba en la plaza del mercado una mujer de la multitud me empujó, y cuando me di vuelta vi que era la Muerte la que me empujaba. Me miró e hizo un gesto amenazador.

"Ahora présteme su caballo y escaparé de esta ciudad para evitar mi destino. Iré a Samarra y allí la muerte no podrá encontrarme." El mercader le prestó el caballo y el sirviente lo montó, hundió las espuelas en sus flancos y partió todo lo velozmente que el caballo era capaz de galopar. Luego el mercader fue a la plaza del mercado y me vio de pie en medio de la multitud, y se me acercó y me dijo: "¿Por qué le hiciste un gesto amenazador a mi criado cuando lo viste esta mañana?". "Ese no fue un gesto amenazador", le dije. "Fue sólo un respingo de sorpresa. Estaba asombrada de verlo en Bagdad, puesto que yo tenía una cita con él esta noche en Samarra."
W. Somerset Maugham

martes, 4 de septiembre de 2007

Moraleja

…Después, sentándose a mi lado, aclaró el misterio: “En cierta ocasión, los cuervos, envidiosos de las palomas, trataron de copiar sus andares. Y casi se rompieron los huesos. Y todas la aves se burlaron de ellos. Cuando finalmente quisieron caminar como lo hacían en un principio observaron con horror que se les había olvidado. Por eso, desde entonces, lo hacen a saltitos y siempre tropezando.” Y mi hermano añadió: “Aprende de los cuervos. El que trata de arrebatar lo que no le pertenece puede perder hasta lo poco que tiene”…

Caballo de Troya 4
J.J. Benítez

sábado, 1 de septiembre de 2007

La utilidad de los libros

“Mientras a consecuencia de las leyes y de las costumbres exista una condenación social, creando artificialmente, en plena civilización, infierno, y complicando con una humana fatalidad el destino, que es divino; mientras no se resuelvan los tres problema del siglo: la degradación del hombre por el proletariado, la decadencia de la mujer por el hambre, la atrofia del niño por las tinieblas; en tanto que en ciertas regiones sea posible la asfixia social; en otros términos y bajo un punto de vista más dilatado todavía, mientras haya sobre la tierra ignorancia y miseria, los libros de la naturaleza del presente podrían no ser inútiles.”
Víctor Hugo