
domingo, 5 de octubre de 2008
miércoles, 1 de octubre de 2008
En el Ayer
En el ayer, yo tenía un corazón
cargado de amor; mas hoy está muerto.
Descansó mi corazón, y dejó de fastidiar,
a la gente.
Fue un tiempo de mi vida,
que ya pasó entre cantos
quejas y rebeldía...
El amor es un astro cuya luz
desaparece a la salida del Alba.
La alegría del Amor es quimera
que no dura;
la belleza del amor es una sombra
que no perdura.
Los pactos del amor son sueños,
que se esfuman cual humo,
cuando se despierta el buen juicio.
¡Cuántas noches pasé en desvelo,
con la compañía de mis deseos,
en vigilia!
El fantasma de mi pasión defendía
mi lecho, diciéndome:
"No te acerques, el dormir está prohibido".
Mi flaqueza carnal susurraba
en mis oídos, sentenciando:
"Sólo el Fuerte logra sus deseos".
Ya pasaron esos días;
ya podréis, ojos míos, dormir tranquilos.
Y tú, Alma mía, ten cuidado
de recordar aquellos tiempos,
y todo lo que en ellos sucedió.
Toda vez que soplaba el céfiro
de la mañana,
se llenaba de alegría mi corazón.
Cuando las nubes vertían sus lluvias,
creía que eran de generoso vino.
Entonces aprestaba mis copas.
Cuando la Luna aparecía, le decía:
"¿No tienes vergüenza descarada?".
"¿No ves que estoy con mi bienamada?".
Todo esto pasó en el ayer,
y, cual neblina, se disipó,
borrando el olvido mi pasado,
tal como los vientos disuelven
un collar de burbujas.
¡Hijos de mi madre! Cuando venga Suad
a preguntar a los compañeros
por un triste enamorado,
decidle, que la Ausencia apagó
aquella llama, en mi corazón";
que en lugar de brasas,
sólo quedaron las cenizas.
"Que el olvido borró las huellas
de nuestro tierno amor.
Si se enfada, callad vuestra ira,
y tenedle compasión;
mas si se ríe, no sería extraño,
pues es ésta la falsía
de los enamorados...".
cargado de amor; mas hoy está muerto.
Descansó mi corazón, y dejó de fastidiar,
a la gente.
Fue un tiempo de mi vida,
que ya pasó entre cantos
quejas y rebeldía...
El amor es un astro cuya luz
desaparece a la salida del Alba.
La alegría del Amor es quimera
que no dura;
la belleza del amor es una sombra
que no perdura.
Los pactos del amor son sueños,
que se esfuman cual humo,
cuando se despierta el buen juicio.
¡Cuántas noches pasé en desvelo,
con la compañía de mis deseos,
en vigilia!
El fantasma de mi pasión defendía
mi lecho, diciéndome:
"No te acerques, el dormir está prohibido".
Mi flaqueza carnal susurraba
en mis oídos, sentenciando:
"Sólo el Fuerte logra sus deseos".
Ya pasaron esos días;
ya podréis, ojos míos, dormir tranquilos.
Y tú, Alma mía, ten cuidado
de recordar aquellos tiempos,
y todo lo que en ellos sucedió.
Toda vez que soplaba el céfiro
de la mañana,
se llenaba de alegría mi corazón.
Cuando las nubes vertían sus lluvias,
creía que eran de generoso vino.
Entonces aprestaba mis copas.
Cuando la Luna aparecía, le decía:
"¿No tienes vergüenza descarada?".
"¿No ves que estoy con mi bienamada?".
Todo esto pasó en el ayer,
y, cual neblina, se disipó,
borrando el olvido mi pasado,
tal como los vientos disuelven
un collar de burbujas.
¡Hijos de mi madre! Cuando venga Suad
a preguntar a los compañeros
por un triste enamorado,
decidle, que la Ausencia apagó
aquella llama, en mi corazón";
que en lugar de brasas,
sólo quedaron las cenizas.
"Que el olvido borró las huellas
de nuestro tierno amor.
Si se enfada, callad vuestra ira,
y tenedle compasión;
mas si se ríe, no sería extraño,
pues es ésta la falsía
de los enamorados...".
En el Ayer (Segunda Parte)
¡Corazón!, ¿volverán los días pasados?
¿Despertará mi alma de sus sueños
para enfrentarse con su temible ayer?
¿Se despertará Septiembre al canto
sus oídos tapados por los quejidos del Otoño?
No. Mi corazón no resurgirá
al amor perdido, tal como no reverdecerá
la rama seca, segada del árbol.
La mano del segador no podrá resucitar
las espigas, que la Hoz ha cortado.
Envejeció mi alma en mi cuerpo,
y sólo veo fantasmas de mis años idos.
Cuando los deseos quieren volver
a sus viejas andanzas,
recurro a mi paciencia.
Toda Esperanza en mi murió,
antes de alcanzar los cuarenta.
Esta es mi vida.
Si Rahil llegara a preguntar po mí, decidle: "Se volvió loco".
Si responde, diciendo: "Se curará",
respondedle: "Sólo la Muerte le curará".
¿Despertará mi alma de sus sueños
para enfrentarse con su temible ayer?
¿Se despertará Septiembre al canto
sus oídos tapados por los quejidos del Otoño?
No. Mi corazón no resurgirá
al amor perdido, tal como no reverdecerá
la rama seca, segada del árbol.
La mano del segador no podrá resucitar
las espigas, que la Hoz ha cortado.
Envejeció mi alma en mi cuerpo,
y sólo veo fantasmas de mis años idos.
Cuando los deseos quieren volver
a sus viejas andanzas,
recurro a mi paciencia.
Toda Esperanza en mi murió,
antes de alcanzar los cuarenta.
Esta es mi vida.
Si Rahil llegara a preguntar po mí, decidle: "Se volvió loco".
Si responde, diciendo: "Se curará",
respondedle: "Sólo la Muerte le curará".
Ayer, Hoy y Mañana
Dije a mi amigo:
-Mírala cómo se apoya en su brazo, y ayer no más se apoyaba en el mío.
-Mañana tomará mi brazo y se apoyará en él -respondió el amigo.
-Obsérvala cómo está sentada a su lado, en ese lugar, y ayer no más se sentaba a mi lado, en el mismo.
-Y mañana se sentará conmigo en el mismo rincón.
-¿No la vez cómo escancia el vino en su copa, y ayer no más lo tomaba de la mía?
-Mañana lo beberá también de mi vaso.
-¡Con qué ojos llenos de cariño lo mira, y ayer no más me miraba así!
-Y así me mirará a mi también, mañana.
-¿No la oyes cómo derrame en sus oídos las palabras de amor que ayer no más me decía a mí?
-Mañana susurrará ese canto de amor en mis oídos también.
-Mírala, como lo abraza, e igual abrazo me daba ayer.
-El mismo abrazo me lo dará a mi también, mañana.
-¡Qué mujer más rara!
-Es como la Vida: todos los hombres la tienen y ninguno la conoce. Es como la Muerte: vence a todos los hombres; es como la Eternidad: abraza a todos los hombres, por igual.
-Mírala cómo se apoya en su brazo, y ayer no más se apoyaba en el mío.
-Mañana tomará mi brazo y se apoyará en él -respondió el amigo.
-Obsérvala cómo está sentada a su lado, en ese lugar, y ayer no más se sentaba a mi lado, en el mismo.
-Y mañana se sentará conmigo en el mismo rincón.
-¿No la vez cómo escancia el vino en su copa, y ayer no más lo tomaba de la mía?
-Mañana lo beberá también de mi vaso.
-¡Con qué ojos llenos de cariño lo mira, y ayer no más me miraba así!
-Y así me mirará a mi también, mañana.
-¿No la oyes cómo derrame en sus oídos las palabras de amor que ayer no más me decía a mí?
-Mañana susurrará ese canto de amor en mis oídos también.
-Mírala, como lo abraza, e igual abrazo me daba ayer.
-El mismo abrazo me lo dará a mi también, mañana.
-¡Qué mujer más rara!
-Es como la Vida: todos los hombres la tienen y ninguno la conoce. Es como la Muerte: vence a todos los hombres; es como la Eternidad: abraza a todos los hombres, por igual.
El Amor
Muchas formas tiene el Amor,
en sus manifestaciones.
En los montes hay muchas hierbas
que no tienen fruto, ni flor.
en sus manifestaciones.
En los montes hay muchas hierbas
que no tienen fruto, ni flor.
El Amor, en las más de las veces,
es como el vino: un vaso conforta
y alegra el corazón.
Mayor cantidad expone
a perderse la Razón.
Si los cuerpos se conducen
a un corro de orgías
o a un lecho lascivo,
o deseos impuros,
allí se suicida el Amor.
El Amor verdadero
está en el espíritu,
mas nunca en la carne.
Es como el viño añejo
que se alambica para la Inspiración,
mas no para la beodez.
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