domingo, 4 de diciembre de 2016

Pre-textos

Disculpa, una vez más,
este pre-texto absurdo y temeroso
de nombrar... de reclamarte
al otro lado invisible del mensaje.

Discúlpame esta ilusión digital
de creerte análoga a mis quehaceres,
esta imprudencia textual que
súbitamente te irrumpió la tarde.

Ah, no puedo creer que aún te envíe
estas palomas con mis dedos;
solo deseo sentir cómo me reenvía su vuelo
una esperanza a esta bandeja de heridas.

Yo lo sé. Son pre-textos, nada más,
fingiendo augurar coloquios imposibles
con esta pequeña ventana
cultivada en mi mano enviando semillas,
con estos números que podrían transfigurar todo,
la distancia en letras,
onomatopeyas en infinidades.

¡Qué inocente esperar que los tuyos
son pre-textos para verme!
y las teclas que alborozas son
mis brazos vencidos de esperarte.

~ Rodrigo Zúñiga